divendres, 29 d’abril del 2011

COMENTARIO DE TEXTO.

El comentario crítico de textos

    El comentario crítico de textos es un ejercicio de análisis de las ideas y la organización de un texto que nos permite contrastar las opiniones ajenas con las propias; por lo tanto, se trata de una actividad de gran utilidad para formarte tanto intelectual como personalmente. De este modo, podrás tener una visión más objetiva, rigurosa, y, por tanto, madura, del mundo que te rodea. Todos sabemos criticar y estamos acostumbrados a ello, pero no conocemos habitualmente las técnicas para hacerlo correctamente. Un buen comentario crítico debe seguir una serie de fases preestablecidas:

a) Fase previa: Lectura, subrayado y esquema

- Antes de comenzar también debemos solucionar las dudas léxicas.
- A continuación, es bueno subrayar y esquematizar las ideas fundamentales del texto.
- También resulta muy útil emplear los márgenes del texto para hacer anotaciones y apuntar todo aquello que nos vaya sugiriendo el texto: temas tratados, razonamientos que nos agraden, que nos molesten, que nos emocionen...

b) Resumen del contenido del texto

-Un buen resumen consiste en saber captar  de forma objetiva las ideas fundamentales del texto que comentamos. Para ello, es necesario eliminar los ejemplos y anécdotas y quedarnos con lo fundamental.
-No es el momento de incluir tus opiniones; da cuenta solo de lo que dice el autor.
- Procura que tu redacción posea un estilo propio; en ningún caso copies o repitas frases textuales. No se trata de “cortar y pegar”.

c) Delimitación del tema

- En este punto, debes indicar cuál es la idea principal o tema del texto, expresada de forma breve pero suficientemente clara. Ten en cuenta que el tema principal suele ir acompañado de otros secundarios que lo apoyan, lo desarrollan  o lo complementan. Explica cuáles son esos temas o motivos secundarios.

d) Estructura y caracterización

- Las ideas de un texto aparecen con una determinada ordenación. Es conveniente que expliques cómo ha procedido el autor y cómo ha jerarquizado esas ideas, cómo las ha enlazado (partiendo de lo concreto para acabar en lo general o viceversa; girando siempre en torno a una idea principal, etc). Es lo que se denomina tipo de estructura. Las más frecuentes son:
· Deductiva, de lo general a lo particular.
· Inductiva, de lo particular a lo general
· Encuadrada: comienza por una idea principal y, tras mostrar otras ideas secundarias, finaliza volviendo de nuevo a la idea principal.
· Paralela: todas las ideas son igual de importantes y se desarrollan al mismo tiempo.
- A continuación, debemos saber deducir y explicar cuál es la tipología del texto que analizamos: narrativa, expositiva, argumentativa…
- No está de más señalar quién es el autor del texto, en qué ámbito ha aparecido (periodístico, literario, científico) y cuáles son sus destinatarios.

e) Comentario crítico

-Un adecuado comentario crítico implica partir de las ideas expresadas por el autor en el texto para desarrollar el propio punto de vista sobre los temas planteados. Para ello debemos seguir una serie de pasos:
- Interpretación de las ideas del texto. ¿Qué ha querido decir el autor? ¿Estamos de acuerdo? ¿Por qué?
-Análisis de los argumentos empleados. ¿De qué manera ha intentado convencernos el autor? ¿Lo ha conseguido? ¿Qué otros argumentos podría haber empleado? ¿Qué contraargumentos podemos aportar nosotros? 
- En cualquier caso, los juicios de valor o tus opiniones han de fundamentarse en argumentos convincentes. No digas las cosas porque sí.
-Es bueno abrir la mente y no cerrarse a una sola opinión. Procura adoptar diversas perspectivas y trata de relacionar las ideas expuestas con otros elementos de la realidad (lecturas, películas, acontecimientos históricos…)

f) Conclusión

- Consiste en la recapitulación de los más significativo. Conviene concluir el análisis con una valoración personal de todo lo expuesto.
  
 Pautas para la redacción del comentario           

    En el momento de la redacción del comentario, tendremos presentes las siguientes recomendaciones:

- La redacción ha de ser clara y precisa, pero sin renunciar a cierto grado de originalidad. Huye de palabras que desconozcas o te planteen dudas ortográficas, emplea un léxico amplio, y construye oraciones y párrafos cuidando la organización sintáctica y textual.

- Cuando desees evitar alusiones directas, puedes emplear el plural de modestia, las preguntas retóricas (¿No es acaso cierto que...?) o las oraciones impersonales y pasivas (Se suele comentar…; Se considera que...).

- Evita el empleo de frases hechas, muletillas, expresiones coloquiales, etcétera.

COMENTARIO CRÍTICO  RESUELTO

 Texto: Muerte en la carretera

     Más de setenta muertos se han cobrado ya las carreteras. Y aún no ha mediado la Navidad. Ni ha llegado la noche horrenda con la que tantos parecen querer despedir un año y recibir otro luciendo todas las galas de su ruidosa vulgaridad y su estulticia. ¿Qué cifras tendremos el siete de enero? ¿Qué siniestro regalo de vidas truncadas, familias deshechas, amores y amistades rotas, nos dejarán este año los Reyes Malos de la velocidad y los coches? ¿Cuántas soledades no empezarán estos días? ¿Cuántas miradas de amor no tendrán como objeto más que las fotografías?
   Mueren los fumadores, víctimas de su placer. Mueren los bebedores y los drogadictos, víctimas de su insatisfacción. Mueren los enfermos, víctimas de males contra los que miles de científicos y médicos luchan a diario. Pero, ¿de qué es víctima quien muere en la carretera? ¿Del placer de la velocidad? ¿De la sensación de poder que da conducir una máquina poderosa y bella? ¿Del mal estado o trazado de las carreteras, o de fallos mecánicos? Éstos serían los menos. Tengo para mí que la mayoría muere a causa de la despreocupación y del azar. Serían síntomas que harían de esta muerte la más representativa de un estado de cosas en el que desde hace ya muchos años vivimos.
   Sobre el azar poco hay que decir. Sólo que la carretera le da más posibilidades de jugar con nosotros de las que ha tenido nunca: dos máquinas buscando una circunstancia en la que su encuentro sea mortal para quienes van en ellas. Algo fatídico, en lo que cuentan décimas de segundo. En cuanto a la despreocupación, creo que tiene que ver con un relativismo extremo, resuelto en un nihilismo de masas que quita todo valor a todo; con el mercado y el consumo como leyes universales, impuestas con más rigor de lo que ningún credo religioso o político lo fue jamás; con la transmutación de valores que se opera en el universo de la publicidad, según el cual sólo se puede ser consumiendo, porque sólo se es lo que se tiene; con un sentido enfermo y compulsivo del viaje, que ha desaparecido como tal –ir placentera y tranquilamente de un lugar a otro– para convertirse en apurada llegada a una meta; con la confusión entre lo importante y lo urgente; con una aceleración y una prisa –las más de las veces injustificadas– que apremian como demonios interiores.  
   ¿Cómo podrían evitarse estas muertes? No sólo con la mejora de las carreteras o la revisión de los coches –lo que, desde luego, rebajaría mucho su número–, sino sobre todo con esa forma de autoestima y de amor a los otros que, en los conductores, se llama prudencia. El problema es que, si lo primero se logra con una buena gestión de los recursos públicos y la debida atención a nuestros coches, lo segundo es más difícil. Porque se conduce como se vive, se vive como se es o como nos obligan a ser; y cambiar el ser –o las condiciones que lo determinan– es más difícil que cambiar el firme de una carretera o el aceite de un coche. Es una cuestión, sobre todo, de valores.

    Carlos Colón, en www.diariodesevilla.es (28 de diciembre de 2001).



Resumen del contenido

    El autor del texto es el periodista Carlos Colón, quien nos plantea un problema que parece no tener solución: los accidentes de tráfico en fechas navideñas.
    El autor señala el número de muertos hasta el 28 de diciembre y se pregunta –nos pregunta– cuántos más habrá que sumar al final de las Fiestas. En el segundo párrafo, reflexiona sobre la causa, llegando a la conclusión de que los factores principales son dos: el azar y la despreocupación. A continuación, señala varios ejemplos de despreocupación: el quitarle valor a todo, el consumismo y la aceleración injustificada impuesta a nuestra sociedad por la publicidad. Propone, para concluir, una solución al problema, que depende de un cambio de valores en nuestra sociedad: el amor a los otros, que se concreta en laprudencia.
  
Tema y organización

    El tema principal, aunque no el más evidente, es lo que el autor denomina “nihilismo de masas que quita todo valor a todo”. Una de sus consecuencias es la despreocupación de los conductores, que hace que aumenten los muertos en las carreteras.
    En cuanto a la organización, sobresalen claramente tres partes:
–La primera, correspondiente a los dos primeros párrafos, es fundamentalmente expositiva: muestra el problema e introduce los aspectos sobre los que el autor va a reflexionar: las muertes por accidente en la carretera.
–En el tercer párrafo se inicia la parte argumentativa (se trata, por tanto, de un texto argumentativo, base de los denominados “artículos de opinión”, tan abundantes en la prensa diaria), donde el autor expresa su parecer sobre la cuestión que acaba de exponer. Para Carlos Colón hay dos causas de los accidentes: el azar y, sobre todo, el desinterés absoluto, incluso por la vida humana.
–El cuarto párrafo propone ideas para tratar de solucionar el problema: inversión pública y, fundamentalmente, un cambio de mentalidad y una mayor conciencia del valor de la vida.

Comentario crítico

    El texto desarrolla varias ideas interesantes:
    –La primera, y de la que derivan las demás, tiene relación con el concepto de nihilismo que el autor aplica a la sociedad global. El nihilismo es una doctrina filosófica que niega cualquier tipo de valores, ya sean  ideológicos, morales o religiosos.
    Esta situación tiene que ver, según el autor, con un cambio social que ha reconvertido el concepto de viaje como ‘traslado tranquilo de un lugar a otro’ por el de una ‘apurada llegada a la meta’. En el origen de dicho cambio se hallaría la publicidad como inductora al consumismo. Así, por ejemplo, la mayoría de los anuncios de automóviles proyecta la idea de que tanto mejor será el coche cuanta mayor sea su potencia, y más rápido sea el conductor. A ello se une otra cuestión fundamental: la “pasión” injustificada por el riesgo, que provoca acciones como saltar desde un puente o conducir temerariamente una moto. Esta actitud está presente también en otros productos dirigidos a jóvenes, como videoclips o videojuegos; en ambos casos es posible hallar numerosos ejemplos de comportamientos violentos e inconscientes.

    –La prudencia, la disciplina, el aprecio por las cosas bien hechas o el simple gusto por la contemplación no parecen ser valores cultivados y, en consecuencia, no son asumidos por una amplia franja de la sociedad, la joven, que se deja la vida todos los años en la carretera.
    Las campañas publicitarias de la Dirección General de Tráfico han enfocado la cuestión desde todos los puntos de vista, haciéndonos ver que el problema no es solo de quien sufre el accidente, sino de los que le rodean. Esta idea no escapa al autor, que se pregunta, y nos hace preguntarnos: ¿Cuántas miradas de amor no tendrán como objeto más que las fotografías?

    Para expresar su opinión, Carlos Colón ha elegido un tipo de texto, el argumentativo, que es el que mejor se ajusta a sus propósitos: la exposición y denuncia de una situación y la propuesta de soluciones. La claridad con la que se exponen las ideas es un rasgo de estilo propio de este tipo de textos. Sin embargo, el autor ha querido impregnarlo de subjetivismo y carga dramática. Esa es la función de las preguntas retóricas del principio: hacer partícipe al lector. Así, el autor incrementa la sensación de que todos podemos ser, algún día, víctimas de un accidente de tráfico.

    El artículo es, en conclusión, un claro ejemplo de texto argumentativo, que plantea uno de los problemas sociales más desgraciados de la actualidad: la muerte por accidentes de tráfico. Para evitarlos se propone, no solo mejorar automóviles y carreteras sino invertir en valores, solución esta última que sólo puede desarrollarse a largo plazo y desde los ámbitos educativos: la escuela y la familia.



9092007
A. PREPARACIÓN.
1.
 Lectura del texto. Varias veces, hasta que resulte compresible.
2.
 Lectura pormenorizada y detenida del texto. Se pueden subrayar (a gusto del alumno o con apoyo del profesor) los términos más importantes, tomar nota (en una hoja aparte) de las ideas que se nos vengan a la cabeza tanto de las directamente relacionadas con el texto como de las que se refieren a datos generales del autor.
3. Una vez que tenemos una comprensión terminológica del texto se trata de localizar cuál es el asunto del que trata el texto. El alumno debería preguntarse: ¿De qué trata el texto? Esta pregunta se puede contestar de varias maneras a la vez:
·         Se puede intentar buscar un título para nuestro comentario. En todo caso, si es demasiado pronto, se puede dejar para el final. El titulo es una forma de glosar en una frase aquello de lo que trata el texto. Puede ser un buen ejercicio de síntesis.
·          Se puede hacer una glosa de los problemas que trata, simplemente parafraseando el texto e intentando explicar con palabras asequibles pero apropiadas (si es posible dentro del vocabulario técnico filosófico) el tema del que trata el autor. (ver si otros autores han reflexionado sobre el tema, y si estarían o no de acuerdo con el autor del texto.
·         Otra forma de indicar que se sabe de qué habla el texto es encuadrarlo dentro de una disciplina (Psicología, Historia, Metafísica, Ética, Gnoseología, Teología, etc.).
·         Se puede indicar también ¿qué pretende el autor desde un punto de vista filosófico? Conocer la realidad: Gnoseología /Ontología.
B. ELABORACIÓN.
Durante la Redacción del comentario hay que colocar toda la información que hemos preparado en el apartado anterior, distribuyéndola según se nos pida. Hay que ceñirse a las preguntas y situar la información donde corresponda y procurando no repetir lo mismo en cada respuesta.
El error más frecuente es el desorden con el que se desarrolla la exposición. Para evitarlo lo mejor es antes de comenzar a escribir hacer un guión de todo lo que hemos anotado cuando leíamos el texto. Para ello podemos seguir los siguientes pasos:
1.
 Se analizan los términos más importantes:
·         Se pueden enumerar o clasificar los conceptos teóricos más característicos del autor.
Se puede comentar por separado cada uno de esos términos en el contexto de la doctrina del autor y la vez mostrar las dificultades de interpretación.
2.
 Se resumen las ideas más importantes. Se trata de dar una explicación coherente del contenido del texto. En este apartado en el que se nos pide exponer el contenido del texto habría que descomponerlo en diferentes partes que habría que comentar y analizar.
En el texto hay una o varias ideas que son fundamentales, y otras que son complementarias o secundarias. Del mismo modo que pasa en el cine, o en una novela, el autor expone una idea o tesis, que refuerza acompañándola de otras ideas secundarias.
Cuando se hace el resumen de estas ideas conviene utilizar palabras propias, y no reproducir literalmente el texto. Y si llegan a utilizarse expresiones textuales, hay que entrecomillarlas, y explicarlas.
3. Contextualización del texto en la obra del autor: conviene empezar la pregunta de relación (en la que hay que relacionar el texto con el pensamiento del autor) con una breve referencia al autor, así como al periodo histórico y contexto filosófico en el que vivió. En esta pregunta hay que desgranar la filosofía del autor a partir de las ideas encontradas en un mismo texto, y no exponer la filosofía del autor como si se tratara de un tema a desarrollar. Pasos a seguir:
·         Encuadrar el fragmento en la obra del autor y la obra en el sistema del autor. Compararlo con otras obras de mayor o menor madurez.
·         Decir si sobre esos temas del texto el autor ha cambiado de opinión posteriormente o no, etc.
 
·         Se pueden glosar las ideas más conocidas del autor, siempre y cuando se tomen como punto de apoyo las ideas que aparecen en el texto.
·         Contextualización del autor en la época histórica. Aludir a las circunstancias sociales, políticas y económicas y culturales que contribuyeron a la producción de esa obra. 
No dejar de mencionar también las posibles influencias que de otros autores filosóficos ha tenido el autor en ese texto. ¿A quién estaba siguiendo el autor? ¿Dentro de que línea filosófica se encuadra? ¿De qué línea se distancia?
4.
 Comentario crítico. Se debería enriquecer el comentario:
·         Plantear las dificultades de interpretación con objeto de descubrir incoherencias o contradicciones con otras obras, etc.
·         Discutir el contenido del texto suponiendo alternativas opuestas (Ej: si el autor no partiese de estos presupuestos entonces llegaríamos a estos otros y no caeríamos en estos problemas y resolveríamos estos otros).
·          Comparar con otros autores ver que respuestas han dado al mimo problema.
·         En ningún caso deben hacerse valoraciones subjetivas como: “estoy de acuerdo con lo que dice” , “está bien lo que dice”
El comentario ha de servir para dar muestra de la compresión lectora del alumno, además de los conocimientos que tiene y de la capacidad para exponerlos.
C. Es también interesante tener en cuenta las siguientes
RECOMENDACIONES DE CARÁCTER GENERAL:
1. Es imprescindible una adecuada presentación formal.
2. No puede haber faltas de
 ortografía. Una presentación poco cuidada, así como la existencia de errores sintácticos o falta de coherencia desmerece el comentario.
3. Las
 frases no han de ser demasiado largar ni los párrafos demasiado extensos. Además hay que respetar los márgenes laterales y dejar espacio entre los párrafos.
4. Hay que redactar el comentario en el
 registro adecuado, evitando expresiones poco formales.
5. Hay que
 huir de explicaciones subjetivas explícitas como: “yo opino”, “estoy de acuerdo con”, etc. Es recomendable un tono más impersonal, utilizando expresiones como:.. “se podría afirmar que”, “se ha valorado que”, “hay quien considera que”, etc.
6. Es adecuado hacer consideraciones que relacionen las ideas del texto con las de
otros autores.
7. Un comentario mejora si podemos
 hacer referencias literarias, artísticas o científicas. Nuestra redacción ganará en riqueza y originalidad.